CARTA A UNA DESCONOCIDA

Hola desconocida... Espero estés muy bien...

¿Sabes? Desde hace mucho tiempo te he soñado, cerraba los ojos y sentía tu aroma, estiraba los brazos y luego apretaba fuertemente ¿Sabes lo que sentía? Tus brazos rodéandome, ¿Cómo lo descubrí? No lo sé, ahora que te conocí, me pude dar cuenta que eras tú, que eran tus manos, sí, esas manos que me daban calma en las noches y me mantenían feliz todos los días. Pero no todas las cosas son tan bonitas como las hago sonar. No. Lo que pasa es que durante tanto tiempo, sólo te veía como “Un ángel entre mis sueños”, no tienes idea la necesidad que tenía de verte físicamente, saber quién eras, y lo más importante, poder hablar contigo... SABER QUE ERAS REAL.

Es raro, pasó el tiempo y desde ese viernes que te conocí, no he hecho otra cosa que pensar en ti... No me importó, mandé a la fregada a la gente que me decía que no lo hiciera, y me acerqué como pude, en ese momento no sabía quién eras, no sabía que eras esa niña que encontraba todas las noches en mis sueños, simplemente me acerqué a ti para saber si todo estaba bien, me pude dar cuenta que hasta cierto punto sí y conforme pasó el tiempo y te conocí, sólo he pensado en como robarte un beso, como poder acercarme un poco más a ti.

Pero por más que intento acercarme a ti, no encuentro la manera de hacerlo, posiblemente porque las mujeres son raras porque son el único ser sobre la tierra, y posiblemente dentro del universo que todavía cree en los cuentos de hadas, y poniéndome a pensar un poco, creo que soy lo más lejano a un príncipe azul que puedes buscar... Soy pambolero, mi música es rara, no tengo ojos claros, ni soy muy alto, cuando veo una pared lo único que veo es ladrillo sobre ladrillo, pero quisiera, porque me doy cuenta más que nunca que los dos ya hemos sufrido bastante, nos ha golpeado el destino, pero los dos buscamos lo mismo y si nuestros caminos se cruzaron fueron por alguna razón mucha más fuerte de lo que pudiéramos imaginar, y siempre tenemos que recordar que nunca es tarde para el amor. Por eso “hay algo que te quiero decir y no me animo”, se que puede ser el miedo a que me digas que no, pero desde que te vi, supe que esos sueños no fueron mera coincidencia, que hubo una razón que no puedo entender ni explicar, pero seguro para que me diera cuenta que alguien iba a llegar a mi vida y la iba a llenar, claro, esto son puras suposiciones mías, no tengo idea de si pensarás igual que yo, pero me han dicho que no dejemos las cosas para después, porque puede ser muy tarde cuando lo intentemos, así que disculparás que me extienda en esta carta, pero el hecho de pensar que eras una simple imagen que se desaparecía cuando despertaba me destrozaba, pero hoy que sé quién eres, aunque no sepa tu nombre, pero sé que eres tú quién tanto buscaba... Y si hoy estoy escribiendo esto, es porque no quiero dejar pasar la oportunidad y que algún día pudieras desaparecer de la misma manera en la que apareciste.

No voy a dar muchas vueltas, sólo quiero contarte mis intenciones, no son malas, podrás imaginar, tal vez sea porque no hay estacionamiento en el cielo y tampoco un elevador, y que por eso tengo que estar en la tierra buscando una simple cosa, que un día me permitas hacerte sonreir, verte feliz, ser parte de todo eso y ayudarte a que lo mantengas, es decir, compartiendo algo en tu vida, compartiendo tu amor, tu felicidad, porque mis sueños se volvieron reales, apareció esa mujer que hace rato te explicaba, pero ahora no sé como hacer que esa mujer se vuelva totalmente real y se quede a mi lado y ya no sólo esté conmigo en mis sueños, porque pretendo que surges del silencio, para poder robarte el primer beso, pero cuando estoy a punto de lograrlo, te desvaneces como el humo de mis clásicos cigarros entre mis dedos.

Desde que me dí cuenta que la mujer que aparecía en mis sueños eras tú, una pregunta ha dado mil vueltas en mi cabeza: “¿Cómo puedo decirle que la quiero?” ¿Lo haré con una rosa?, no, yo creo que con un oso de peluche, sí a todas las mujeres les gustan... No, pero eso no me va a dejar mostrarme como quiero... Y entonces es cuando decidí ayudarme con esta carta, sé que algún día, cuando vuelvas a aparecer después de algún sueño la recibirás, posiblemente tenga el valor de dártela pronto, posiblemente no.

Sé que el hecho de que tú a mi no me conozcas podrá parecerte raro, pero no has pensado que si estamos hoy con la posibilidad de hablar, es porque “¿Será que lo que andábamos buscando llegó? ¿Será que nos faltaba el verdadero amor? ¿Será que mis plegarias han llegado hasta Dios? ¿Será que es nuestro el cielo?” ¿Será que el destino estuviera marcado que llegaría a mi vida un sueño que buscaría explicarme lo que sigue en mi vida? ¿Será que por lo menos yo encontré lo que tanto buscaba? Pero regreso a lo mismo, ¿Cómo puedo hacer que esto sea real y no un sueño?. Después de soñarte, no puedo más que estar pensando en que eres lo más frágil y hermoso que he conocido, que quiero ser tu fiel guardian y darlo todo por ti, quiero ser quién pueda ser el dueño de tu ilusión; sé que ese corazón que siento latir dentro de mi, es el tuyo, pero me sigue frustrando darme cuenta que ese corazón es el de la mujer que sueño, no sé como lograr que el tuyo sienta lo mismo, poderte decir que tu soledad se puede ir, porque aquí estoy por ti.

No sé por qué tardaste tanto tiempo en aparecer, tanto tiempo esperándote y ahora sólo quiero poder ser tu mitad, porque tú eres como nadie más, lo que quise siempre, hasta la muerte, mi debilidad, lo que me hace fuerte, y por eso he podido salir adelante, porque quiero entregarte mi vida cuando me lo pidas, porque quiero intentarlo, porque quiero saber cómo llegar hasta ti.

¿Será que se trata de amor a primera vista? No lo sé, es muy pronto para poder usar esa palabra tan fuerte, pero sé que no es imposible que esto que estoy sintiendo por ti, logre convertirse en amor, pero eso no depende de mi, eso depende sólo de ti, que un día decidas salir de ese sueño y volverte totalmente material y decidir estar a mi lado. Posiblemente pudieras tener tus reservas, y lo sé, no soy perfecto, estoy lleno de errores, sé que no soy ningún príncipe azul, que posiblemente temes tanto como yo a volver a salir lastimada, pero sé que yo soy el que puede llevarte cargando, el que puede intentar ser ese heroe, a pesar de sólo ser un joven que no encuentra la manera de acercarse a ti, que no encuentra la manera de cantarte una “Canción Pequeña” dónde podría estar escribiendo cosas que me ayudaran a sonar un poco mejor y posiblemente mejor estructuradas para poder llegar de una manera más sencilla a tu corazón, pero prefiero hacerlo así, decir las cosas tal cual van saliendo de mi mano y del corazón, cómo las voy pensando después de que junté el sueño con la realidad y me di cuenta que no era una ilusión encontrar a esta niña, que la he encontrado, y que sólo quiero que me busque, me encuentre, que se acerque lentamente y sea la que he estado esperando, la que un día podría llegar, la que tire estas paredes que nada pudo tirar, esa niña que me pueda salvar, rescatarme de este sueño y me despierte con un beso, que me haga sonreir una vez más, que entre en mi vida, esa niña a la que le pueda decir que que bien suena mi nombre en su boca, que que bien sabe su nombre en la mía, decirle a esa amiga mía que el mundo es otro en su compañía y con esa traviesa manera en la que ella me mira, es como me puedo atrever a decirle que es hora de ser algo más. Por eso quiero pedirle que me diga que sí, aunque pienso en que me podría decir que no y así seguir con esta vida de romanticismo, para poder seguir lamiendo mis heridas y llorandole al pasado, pero no, ya es hora de cambiar, de salir adelante, y sé que juntos los podríamos lograr, así que esperaría un día lograr un sí. Discúlpame por el hecho de que esta carta es muy larga, pero quería presentarme, quería que supieras quién soy, quería que supieras que mucho antes de que tu me conocieras, yo ya te había soñado, que desde que vi que ese sueño no era sólo un sueño, sino que existías, en fin, desde que te conocí querida extraña, no hago otra cosa que pensar, aunque suene raro. Podría llamarte de cualquier manera, y eso no afectaría lo que en este corto tiempo has significado para mi, y tengo la mala manía de ser sincero con toda la gente, cuando me cae mal, cuando me cae bien, en fin... Por eso ¿Qué tal si me invento un nombre para ti? ¿Que te parece... No sé... déjame pensarlo...? Sí, ..., me parece un nombre maravilloso y hermoso... Mucho gusto, yo soy Gildardo, y me llaman Gil...