Antes que nada gente, un saludo, y en estas dos semanas espero tener tiempo para actualizarme con todos sus blogs, juro intentarlo, pero esto es un poco complejo, pero como le dije a mi cyberpadre, en estas dos semanas la presión baja, así que espero ponerme al corriente, disculpenme por tenerlos tanto tiempo olvidados, pero ni en MSN, ni en el face me he podido estar...
Por cierto, no dejen de apoyar a Haití, por favor gente, es a mi parecer el desastre natural más trágico que me ha tocado vivir... Según lo que oigo, es a la par con el terremoto de 1985 de México y el Tsunami, y como diría aquella pseudoactriz mexicana: "El Tsurimi" jajaja...
Ahora si comienzo...
"-Amor... Amor... Despierta bobo, ya has dormido demasiado.
Fue lo primero que escuché antes de despertarme, se me hacía algo raro, no recordaba lo que había pasado la noche anterior, lo último que vi era una luz enorme, la borrachera de anoche debió ser brutal... tenía los ojos cerrados, pero sentía la presencia de alguien, así que busqué despertarme lo más rápido para saludar a mi hermosa esposa...
-Buenos días princesa, ¿Cómo amaneciste?
Era raro, sentía una presencia, pero no había nadie... Había pasado la noche solo, su lugar estaba vacío, pero no era todo, la cama olía a llevar mucho tiempo usada, el olor en el cuarto era insoportable, mi cuarto había cambiado en la noche: No había nada, estaba sólo mi cama, una cama individual, ¿Qué había pasado con la King Size?, y unas ventanas pequeñas, decidí levantarme, no veía el mueble donde tenía mi ropa, era como si no reconociera mi propia casa...
Comencé a bajar las escaleras, ¿A caso me había robado mientras dormía?... Decidí salir a la calle, puesto que el lugar donde debería estar la cocina estaba vacío...
Abro la puerta y salgo a la calle, las calles en la Ciudad de México se ven un poco distintas, los coches, las construcciones, incluso esos molestos anuncios a media calle que sólo sirven para distraer a los conductores y provocar choques, no sé, el aire incluso se siente un poco menos contaminado, puedo ver el Sol, cosa que no hacía hace años, y lo mejor del caso, puedo ver perfectamente tanto al Popocatépetl, como el Ajusco o el Iztaccíhuatl, "La Mujer Dormida" nunca se había visto tan nevada y hermosa como hoy...
No sabía a donde ir... Me encontraba desempleado desde hace 1 año, ¿Llamarle a mi mujer? Era imposible, soy malo para los números y por si fuera poco, mi celular no tenía batería, ¿Qué podía hacer? Lo único que se me ocurrió fue dirigirme a los tacos, esos clásicos tacos a los que iba todas las mañanas, ellos nunca se enojaban porque no pudiera pagar, porque sabrían que algún día sería el mejor administrador de la historia, y ese día les pagaría todo lo que les debía.
Llegando al lugar, me encontré a Jaime, ahí estaba él, como siempre con una camisa de cuadros, sus pantalones de mezclilla, sus clásicos lentes de los años sesenta, pero se veía algo diferente, su cabello ya no era absolutamente rubio, ya tenía ciertos detalles blancos, y su barba era algo grande, ¿Será que nunca me fijé en su cabello?, algo raro pasaba y no me daba cuenta... Todas estas tonterías comenzaron a dar vueltas en mi cabeza en cuanto lo salud... Todo transcurriá como siempre, sentado en la barra del lugar, tapándose la cara, pero sólo lloriqueaba algo: "¿Por qué te fuiste ¡maldita sea!?", me acerqué para saludarlo, pobre hombre, lo había dejado su mujer después de 20 años de casados, pero me llevé una sorpresa al saludarlo, me ordenó que me fuera, que juraba no volver a tomar, porque ya veía estupideces... Si tan solo la encontrara, ella explicaría todas mis dudas... ¿Y mis hijos? Los extrañaba, sé que sólo había sido un día, y no sabía que podía haber sido de ellos, ¿A dónde los había llevado?, ¿A caso me iba a abandonar, y se los iba a robar?, No, ella no era capaz de esas atrocidades... Necesitaba tener calma, así que me fui al Parque Hundido, ese parque por donde quedaba mi casa, dónde vi varias veces a esa mujer con dos pequeños en carreola, dónde tantas veces paseamos de la mano habiendo ella cumplido el sueño de su "Panzota de embarazada", había una mujer, se veía algo mayor y me la recordaba, pero no podía ser ella, mi mujer era joven, delicada, y esta señora ya se veía cercana a los 40 años, y por si fuera poco, sus hijos ya se veían jóvenes universitarios...
Decidí hablar con la señora, preguntarle si necesitaba algo, porque se veía que una enorme pena la destruía, y si algo no he soportado desde joven, era ver a una mujer llorar... Me acerqué un poco, para llevarme la sorpresa de que le decía a sus dos hijos: "Tú tienes sus mismos ojos, tú su misma nariz, y los dos, el tamaño y complexión de su padre", creí que era un mal momento para acercarme a ellos, así que mejor me fui, empecé a caminar, hasta que llegué a Revolución, la tarde era un poco más fresca, pero a fin de cuentas, tarde de Junio, en 2 días sería mi cumpleaños, ¿Qué me habrían comprado?...
Me di una vuelta por Parque Delta, siempre se me hizo una estupidez que quitaran el "Parque del Seguro" (uno de los estadios de baseball más importantes en México, para construir una plaza comercial, y más, por el significado que tenía para México cuando el terremoto de 1985, era parte de nosotros, de nuestro dolor, incluso de la tradición deportiva en nuestro país), pero ahí estaba, viendo tienda trás tienda esperando encontrar a mi mujer y a mis hijos, pero lo más cercano fue volver a ver a esa mujer, decidido a hablar con ella y sus hijos, me acerqué y escuché lo que uno nunca querría escuchar: "En dos días hubiera sido su cumpleaños", eran demasiadas coincidencias y me acerqué a ellos: "Buenas tardes", sin voltearme a ver me dijeron: "Ojalá fueran buenas", en ese instante ella volteó, lo único que pudo decir fue: "¿Tú?", me abrazó como si hace siglos no me hubiera visto, y de pronto lo entendí todo... Era ella... Cuando me di cuenta, comencé a flotar, y vi que mi familia lloraba...
Por cierto, no dejen de apoyar a Haití, por favor gente, es a mi parecer el desastre natural más trágico que me ha tocado vivir... Según lo que oigo, es a la par con el terremoto de 1985 de México y el Tsunami, y como diría aquella pseudoactriz mexicana: "El Tsurimi" jajaja...
Ahora si comienzo...
"-Amor... Amor... Despierta bobo, ya has dormido demasiado.
Fue lo primero que escuché antes de despertarme, se me hacía algo raro, no recordaba lo que había pasado la noche anterior, lo último que vi era una luz enorme, la borrachera de anoche debió ser brutal... tenía los ojos cerrados, pero sentía la presencia de alguien, así que busqué despertarme lo más rápido para saludar a mi hermosa esposa...
-Buenos días princesa, ¿Cómo amaneciste?
Era raro, sentía una presencia, pero no había nadie... Había pasado la noche solo, su lugar estaba vacío, pero no era todo, la cama olía a llevar mucho tiempo usada, el olor en el cuarto era insoportable, mi cuarto había cambiado en la noche: No había nada, estaba sólo mi cama, una cama individual, ¿Qué había pasado con la King Size?, y unas ventanas pequeñas, decidí levantarme, no veía el mueble donde tenía mi ropa, era como si no reconociera mi propia casa...
Comencé a bajar las escaleras, ¿A caso me había robado mientras dormía?... Decidí salir a la calle, puesto que el lugar donde debería estar la cocina estaba vacío...
Abro la puerta y salgo a la calle, las calles en la Ciudad de México se ven un poco distintas, los coches, las construcciones, incluso esos molestos anuncios a media calle que sólo sirven para distraer a los conductores y provocar choques, no sé, el aire incluso se siente un poco menos contaminado, puedo ver el Sol, cosa que no hacía hace años, y lo mejor del caso, puedo ver perfectamente tanto al Popocatépetl, como el Ajusco o el Iztaccíhuatl, "La Mujer Dormida" nunca se había visto tan nevada y hermosa como hoy...
No sabía a donde ir... Me encontraba desempleado desde hace 1 año, ¿Llamarle a mi mujer? Era imposible, soy malo para los números y por si fuera poco, mi celular no tenía batería, ¿Qué podía hacer? Lo único que se me ocurrió fue dirigirme a los tacos, esos clásicos tacos a los que iba todas las mañanas, ellos nunca se enojaban porque no pudiera pagar, porque sabrían que algún día sería el mejor administrador de la historia, y ese día les pagaría todo lo que les debía.
Llegando al lugar, me encontré a Jaime, ahí estaba él, como siempre con una camisa de cuadros, sus pantalones de mezclilla, sus clásicos lentes de los años sesenta, pero se veía algo diferente, su cabello ya no era absolutamente rubio, ya tenía ciertos detalles blancos, y su barba era algo grande, ¿Será que nunca me fijé en su cabello?, algo raro pasaba y no me daba cuenta... Todas estas tonterías comenzaron a dar vueltas en mi cabeza en cuanto lo salud... Todo transcurriá como siempre, sentado en la barra del lugar, tapándose la cara, pero sólo lloriqueaba algo: "¿Por qué te fuiste ¡maldita sea!?", me acerqué para saludarlo, pobre hombre, lo había dejado su mujer después de 20 años de casados, pero me llevé una sorpresa al saludarlo, me ordenó que me fuera, que juraba no volver a tomar, porque ya veía estupideces... Si tan solo la encontrara, ella explicaría todas mis dudas... ¿Y mis hijos? Los extrañaba, sé que sólo había sido un día, y no sabía que podía haber sido de ellos, ¿A dónde los había llevado?, ¿A caso me iba a abandonar, y se los iba a robar?, No, ella no era capaz de esas atrocidades... Necesitaba tener calma, así que me fui al Parque Hundido, ese parque por donde quedaba mi casa, dónde vi varias veces a esa mujer con dos pequeños en carreola, dónde tantas veces paseamos de la mano habiendo ella cumplido el sueño de su "Panzota de embarazada", había una mujer, se veía algo mayor y me la recordaba, pero no podía ser ella, mi mujer era joven, delicada, y esta señora ya se veía cercana a los 40 años, y por si fuera poco, sus hijos ya se veían jóvenes universitarios...
Decidí hablar con la señora, preguntarle si necesitaba algo, porque se veía que una enorme pena la destruía, y si algo no he soportado desde joven, era ver a una mujer llorar... Me acerqué un poco, para llevarme la sorpresa de que le decía a sus dos hijos: "Tú tienes sus mismos ojos, tú su misma nariz, y los dos, el tamaño y complexión de su padre", creí que era un mal momento para acercarme a ellos, así que mejor me fui, empecé a caminar, hasta que llegué a Revolución, la tarde era un poco más fresca, pero a fin de cuentas, tarde de Junio, en 2 días sería mi cumpleaños, ¿Qué me habrían comprado?...
Me di una vuelta por Parque Delta, siempre se me hizo una estupidez que quitaran el "Parque del Seguro" (uno de los estadios de baseball más importantes en México, para construir una plaza comercial, y más, por el significado que tenía para México cuando el terremoto de 1985, era parte de nosotros, de nuestro dolor, incluso de la tradición deportiva en nuestro país), pero ahí estaba, viendo tienda trás tienda esperando encontrar a mi mujer y a mis hijos, pero lo más cercano fue volver a ver a esa mujer, decidido a hablar con ella y sus hijos, me acerqué y escuché lo que uno nunca querría escuchar: "En dos días hubiera sido su cumpleaños", eran demasiadas coincidencias y me acerqué a ellos: "Buenas tardes", sin voltearme a ver me dijeron: "Ojalá fueran buenas", en ese instante ella volteó, lo único que pudo decir fue: "¿Tú?", me abrazó como si hace siglos no me hubiera visto, y de pronto lo entendí todo... Era ella... Cuando me di cuenta, comencé a flotar, y vi que mi familia lloraba...